Por: Mtra. Nury M. Suemy Moguel Núñez.
Psicóloga Deportiva
En los últimos meses las redes sociales nos han permitido ver videos de niños realizando rutinas de entrenamiento con la misma intensidad con la que lo haría un adulto. Y aunque estos vídeos han desatado toda clase de respuestas y comentarios por el público, lo cierto es que, detrás de estas imágenes, se refleja la necesidad de padres de familia que desean incentivar a sus hijos hacia la práctica de la actividad física y el deporte, movidos por una conciencia de la importancia que éstos desempeñarán en un estilo de vida saludable como adultos.
En incremento en los índices de obesidad, diabetes y otras enfermedades asociadas al sedentarismo justifican muy bien esta preocupación y nos abren los ojos para darnos cuenta de la necesidad de crear espacios para activar a las familias. En cualquier ciudad pueden encontrarse gimnasios de todo tipo así como escuelas deportivas pero ¿Qué opciones tienen los padres que desean ejercitarse con sus hijos? Definitivamente hace falta espacios en donde padres e hijos puedan ejercitarse juntos y aprender las formas correctas de hacerlo, anteponiendo el bienestar y seguridad de los niños.
Ejercitarse con los niños.
Practicar una actividad física junto con los niños no es del todo una mala idea ya que ésta constituirá la mejor manera de educar a través del ejemplo siendo un modelo de vida activa y saludable.
Además de motivar a ejercitarse, realizar juntos una actividad física o deportiva conlleva otras ventajas para el adulto y para el niño
- Fortaleciendo lazos de apego. El ritmo agitado de la vida actual permite pocos espacios para la convivencia activa en la familia. Al destinar un tiempo semanal para ejercitarse juntos, el niño reconoce la importancia que se le da en la agenda de sus padres. Al pequeño no le importa si se trata de una hora o toda la tarde, el tiempo de atención que recibe de sus padres lo hace sentirse vinculado a ellos y confiar en que éstos harán lo necesario para su desarrollo.
- Autoeficacia, saber de es capaz. El aplauso de los padres y los gritos de “si se puede” fortalecen el sentido de competencia personal ya que los niños construyen su propia imagen a partir del mensaje de referencia que los adultos proyectan de sí.
- Propiocepción. Al estar en movimiento el niño logra conocer kinestésicamente mejor su cuerpo, es decir, las partes de su cuerpo, las regiones musculares, los grados de tensión o relajación que requiere para cada actividad. Conocer su cuerpo le permitirá posteriormente tener un mayor control de él.
- Liberarse. A menudo le pedimos a los niños controlar sus ímpetus para responder al orden y control que se requiere en el mundo adulto. Los juegos y ejercicios deportivos le permiten un espacio para expresar saludablemente esa naturaleza que traen reprimida a lo largo de la semana permitiendo que fluyan con ella las frustraciones o estrés igualmente acumulados.
- Socialización. ¿Quién de nosotros como padre no ha regresado de la escuela con un reporte por la conducta de nuestros hijos? Es verdad que muchas veces no muestran esa misma conducta en casa porque las situaciones no son las mismas. En el juego podrán presentarse situaciones de rivalidad y frustración ideales para enseñar las formas correctas de responder a ellas
Consideraciones previas.
Una vez observados los beneficios, podría ser tentador lanzarlos a la red a buscar rutinas y ejercicios para realizar con los niños pero, antes de iniciar, asegúrese de haber cubierto las siguientes consideraciones:
- Solicite a un médico que realice una evaluación del estado de salud de su hijo, haciendo énfasis en el hecho de que desea iniciarlo en una actividad física. Sea específico y honesto sobre el tipo de actividad que desea realizar con el niño. Solo el podrá determinar si se encuentra en condiciones y en la edad para realizar ese tipo de esfuerzo.
- Acuda con el personal calificado para orientarse sobre el tipo de actividad, rutinas o juegos que puede realizar con su hijo de acuerdo a su edad. Un profesor de educación física certificado podría ser una buena opción. Asegúrese de haber comprendido completamente como debe de realizarse cada actividad y las medidas de seguridad que debe tomar en cuenta. Si usted es entrenador, controle su impulso natural de querer especializar tempranamente a su hijo.
- Respete los ritmos de descanso y actividad del niño. Aunque existen decenas de videos en los cuales vemos rutinas extenuantes e intensas en niños de tan sólo 4 años, lo cierto es que todo niño requiere un tipo de alimentación, actividad y recuperación para favorecer su desarrollo físico y mental.
- Mantenga el enfoque en la diversión y el aprendizaje, no en el desempeño. Para cada niño hay un ritmo de desarrollo; ya habrá tiempo para que se convierta en un joven deportista o en un campeón (si está en su naturaleza y su potencial) pero ahora es un niño y el juego es el mejor recurso que tiene para aprender. En el momento en el que el niño deja de divertirse y comienza a sufrirlo, la motivación se pierde y entonces lo hará, si el padre lo exige, pero en la primera oportunidad lo abandonará.
La niñez es un tiempo breve y precioso, lleno de una libertad y energía como nunca más volveremos a tener en ninguna otra etapa de la vida. Procuremos no manchar este precioso momento de la vida con tensiones que sean innecesarias o exigencias que correspondan más a una vida adulta que infantil.
Si requiere asesoría especializada en psicología deportiva, contácteme y con gusto le atenderé.