Alto desempeño, Cultura Física y Ejercicio, Deporte infantil y juvenil, Psicología Deportiva

¿Debo prohibir a mi hijo (a) deportista tener novio (a)?

Por: Psic. Nury Moguel Núñez.

¿Debo prohibir a mi hijo deportista tener pareja? Esta es una pregunta que a menudo me hacen los padres de jóvenes deportistas, debido a que son muchos los deportistas profesionales que afirman que el deporte de alto rendimiento amerita estar 100% concentrado en ello y evitar “distracciones”. Ciertamente esta es una decisión difícil en la que influyen varios factores a tomar en cuenta, como la edad del deportista, las creencias de los padres y el sistema de valores que estén fomentando en casa. Para muchos entrenadores el temor principal de que los jóvenes comiencen a salir en pareja es pensar que, a medida que se van enamorando, comiencen a descuidar los entrenamientos para salir con el novio o la novia. En este artículo les quiero compartir un poco de lo que he observado y aprendido en la práctica luego de atender a cientos de adolescentes y jóvenes deportistas.

#1. Sin importar todo lo que hagas, tarde o temprano los padres dejarán de ser suficiente para el deportista.

Esto no significa que tu hijo haya dejado de amarte o que seas menos importante para él, simplemente a medida que los jóvenes, crecen su mundo también se expande y comienzan a incluir a otras personas que son sumamente importantes, como sus mejores amigos o compañeros de experiencias y, tarde o temprano, alguna pareja. Cada una de estas personas juegan un papel importante en su vida afectiva, que no puede ser cubierto por otra persona, Y a medida que tu hijo crea una red amplia de relaciones sociales sólidas, también va creando una fuerte red de apoyo social y emocional, lo cual ayuda a proteger su psique en momentos de fuerte tensión y estrés. Tener personas que lo amen y con quien compartir lo que siente le ayuda a liberar parte de su dolor o tensión.

#2. Cuando el deportista quiere, no hay manera de que evites que forme una relación afectiva con otra persona.

Que no le permitas a tu hijo formar una pareja porque es muy joven o porque tiene las responsabilidades del deporte no evitará que este tema lo distraiga, debido a que la necesidad de vincularse afectivamente forma parte de las motivaciones naturales de todo ser humano. Tampoco evitará que se “distraiga” o ande en las nubes por estar pensando en otra persona. Simplemente, sí afectivamente ya se ha vinculado con otra persona (estén saliendo o no), significará una pequeña distracción. Más aún, como una necesidad humana que es, a medida que se va negando, es posible que se genere mayor tensión, haciendo más probable que se ponga irritable, terco, e incluso escape de los entrenamientos o clases para poder ver a esa persona a escondidas (esta conducta la observó con mayor frecuencia en los deportistas varones ). En ese sentido nos corresponde a nosotros como padres enseñarles a nuestros hijos un poco acerca de la realidad de las relaciones afectivas y el amor, platicar con ellos acerca de cómo ponerle su espacio a cada cosa, y enseñarles algo de inteligencia emocional para manejar las emociones difíciles que pueden acompañar a su primer enamoramiento (tristeza, despecho, celos, etc.). Solamente así será capaz de manejar exitosamente sus emociones y conductas, independientemente de que le permitas salir o no con otras personas.

#3. Mientras más tarde en aprender a vincularse con parejas potenciales, más doloroso será para él (ella) la experiencia.

Sé que esta afirmación puede parecer extraña, porque generalmente pensamos que si ellos esperan hasta ser más maduros, seguramente abordarán las relaciones de pareja con mayor madurez. Sin embargo, lo que yo he observado al trabajar con jóvenes deportistas, es que muchos de ellos llegan a tener a su primera pareja entre los 18 años o más, debido a múltiples factores (p. ej. falta de tiempo, falta de interés de otras personas en ellos porque siempre están ocupados, prohibiciones en casa, etc.); Cuando finalmente llegan a tener a su primera pareja, lo que a menudo ocurre es que no tienen ni la más remota idea de cómo llevar a cabo una relación saludable: ya que nunca aprendieron a tratar con parejas adolescentes, llegan a la juventud sin saber cómo tratar a una pareja joven quien, por su parte, sí ha tenido experiencia y por lo tanto mayor malicia a la hora de vincularse con tu hijo deportista. De esta manera, tu pequeño campeón resulta un novato en el mundo de las relaciones amorosas por lo que a los demás les resulta muy fácil aprovecharse de él o ella. Por eso lo más importante es que hables con él o ella de temas como: cómo identificar adecuadamente a una pareja correcta al observar las banderas rojas oportunamente, como reafirmar mi propia personalidad dentro de una relación de pareja sin perderme en ella, cómo poner límites saludables en una relación y cómo aprender a soltar oportunamente y desapegarse de una pareja inadecuada. Estas son habilidades básicas para la vida que NO se enseñan en una escuela y las cuales tendrás que apoyar a tu hijo para que las aprenda.

#4. A menudo cuando los jóvenes se animan a tener pareja terminan eligiendo a otros jóvenes que son deportistas igual que ellos.

Eso suele suceder por dos razones: primero, la mayoría de las veces las únicas personas con las que tienen contacto lo suficientemente frecuente como para conocerse y vincularse afectivamente son otros jóvenes que practican deporte en su unidad deportiva y, segundo, porque la mayoría de los chicos se da cuenta, tarde o temprano, que la única persona que puede llegar a comprender lo importante que es su deporte para ellos e incluso apoyarlos, es otro deportista (u otra persona que tiene metas altas en algún área de su vida). La mayoría de los chicos sienten que es muy difícil salir con alguien qué tiene toda la tarde libre o con alguien que no está buscando alguna meta en especial, particularmente porque la otra persona está desesperado por tener tiempo para salir (lo cual definitivamente nuestros chicos no tienen). Cuando la otra pareja no es un deportista o no tiene metas altas en algún área de su vida (p. ej. la escuela), generalmente llega a incomodarse con las responsabilidades de nuestro deportista, su falta de tiempo, que cuando tiene tiempo libre esté cansado, y puede incluso que lleguen a sentir envidia de sus logros, a hacer comentarios despectivos de su deporte o les pidan que abandonen su deporte. Por eso siempre le digo a mis muchachos que un deportista de alto rendimiento necesita a una pareja de alto rendimiento. Enseñar a tu hijo a elegir sabiamente a sus parejas les evitará a ambos muchos problemas.

Como psicóloga deportiva yo no puedo decirte si deberías o no darle permiso a tu hijo de tener una pareja ya que, como dije, éste es un tema que debe platicarse en familia y en la cual ambos padres deben llegar a un acuerdo. Sea cual sea la decisión que tomen, es importante que vayan preparando a sus hijos en el manejo de las emociones afectivas, tanto en sus relaciones de amistad como en las posibles y futuras relaciones de pareja. Recuerda que la relación entre los padres es el primer modelo que tu hijo tiene sobre lo que puede esperar y debe permitir en el mundo de las relaciones amorosas, así que de alguna manera, trabajar en su propia relación como pareja y padres es también un paso importante para ayudar a tu hijo a salir adelante en el proceso de aprender y avanzar hacia esta faceta de la vida.

Espero que este artículo haya sido de utilidad para ti y para el camino que tienes como padre. Si te ha parecido interesante, te invito a compartirlo con otros padres a los que creas que puede serles de ayuda.

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