Psicología Deportiva

Cinco Formas De Verificar El Éxito De La Preparación Mental.

Por: Mtra. Nury M. Suemy Moguel Núñez.

A lo largo de mi carrera como psicóloga deportiva uno de los retos más grandes que he encontrado es el hecho de tener que demostrar la eficacia de mi trabajo pues, debido a que me desenvuelvo principalmente en el ámbito del alto rendimiento, los resultados deportivos (entendidos en términos de medallas) son una exigencia primordial para las autoridades y los entrenadores.

En ocasiones resulta sumamente complicado hacerle entender a las personas que el trabajo psicológico deportivo NO es capaz de garantizar los resultados (medallas o marcas) ya que éstos dependen de una multiplicidad de factores que van desde el estado de salud del deportista, su nivel de apego al plan de preparación, la presencia de lesiones o incluso eventos imprevistos que ocurren en el marco de la competencia. Esta misma incertidumbre con respecto a lo que puede llegar o no a atribuirse a la preparación psicológica pone en desventaja a los profesionistas novatos, quienes pueden ser tomados fácilmente como “chivos expiatorios”, de manera que se les atribuyan los fracasos de un equipo o un deportista. Este fenómeno en realidad es muy común; ante el éxito de un deportista o un equipo la gente suele señalar fácilmente que éste fue debido al “esfuerzo del deportista”, “su propio talento” o al hecho de tener “un gran entrenador”. Pero ¿Qué sucede cuando el mismo deportista fracasa en sus metas?… Entonces podemos escuchar factores como “se puso nervioso”, “faltó preparación mental”, “no estaba concentrado”, en pocas palabras, culpa del psicólogo.

Por esta y otras razones los psicólogos que trabajan en el ámbito deportivo han de hacerse la buena costumbre de cuantificar los efectos de su trabajo, a fin de demostrar la eficiencia y eficacia del mismo. Realizar este trabajo de cuantificación puede convertirse en una tarea que demande esfuerzo, tiempo y creatividad pero sus contribuciones bien pueden justificar el trabajo extra.

Algunas ventajas evidentes de cuantificar los resultados de la preparación mental son:

  • Brinda credibilidad sobre la calidad del profesional que está realizando la preparación mental.
  • Favorece la autoconfianza del deportista al observar los progresos que va mostrando a lo largo de la preparación mental.
  • Permite al profesionista realizar ajustes al plan de preparación mental para potenciar el máximo avance en las áreas deseadas para cada deportista.
  • Permite comunicarse efectivamente con los entrenadores, quienes suelen estar acostumbrados a pensar en términos de cargas y cantidades.
  • Favorece el adecuado análisis técnico-metodológico que se realiza posterior a la etapa competitiva.

 

Una vez que hemos comprendido las ventajas de realizar un proceso de cuantificación del trabajo que realizamos con los deportistas la pregunta que resulta compleja para la mayoría de los colegas es ¿Cómo hacerlo? En realidad no es un proceso complejo pero requiere de buscar los medios más efectivos y poderosos que evidencien el trabajo realizado. Mis sugerencias prácticas al respecto es utilizar alguna de las siguientes estrategias.

  1. Aplicaciones pre-test y pos-test.

En muchos casos los profesionistas utilizan pruebas psicológicas estandarizadas para medir el nivel en el que se encuentra desarrollada una cualidad mental, como podría ser la concentración, la memoria, la habilidad visoespacial o cualquier otra. La mayoría de las veces los colegas utilizan estas pruebas como una evidencia de que es necesario intervenir en esta área. A esta aplicación se le conoce como pre-test, es decir, la aplicación del test previo a un tratamiento. Una vez realizada la intervención planificada, recomiendo volver a aplicar el test como una manera de contrastar el nivel de progreso alcanzado; a esta fase se le conoce como post-test.

2. Equipos de biofeedback y tecnológicos.

En ocasiones los psicólogos deportivos tomamos medidas psicofisiológicas que se han demostrado ser indicadores de variables psicológicas utilizando equipos conocidos como de biofeedback o biorretroalimentación. Equipos como los termómetros de estrés, los biodots, el Emwave o los electroencefalógrafos toman indicadores en términos numéricos que pueden registrarse en cada sesión de preparación mental, mostrando los avances sesión a sesión. Si bien la mayoría de estos equipos supone un costo importante y una inversión para el profesional que los adquiere, su beneficio no solo resulta en la verificación de su trabajo sino que también la novedad de su uso estimula al deportista para emplearse a fondo en la preparación mental.

3. Gráficas de variables percibidas o cognitivas.

Resulta que, en ocasiones, no es posible contar con indicadores precisos debido a la falta de presupuesto y equipos tecnológicos disponibles. Sin embargo existen algunas variables que pueden medirse a través de la percepción personal, tal como son el esfuerzo percibido, el nivel de claridad de la ejecución visualizada, el nivel de compromiso percibido, entre otros. Si bien la percepción es algo subjetiva, dado que constituye la realidad con la cual el individuo se desempeña y actúa, puede constituir un buen indicador. Para hacer este proceso más comprensible, recomiendo elaborar un formato estándar empleando escalas tipo lickert para las variables que desea cuantificar. Tome esta experiencia como una oportunidad adicional para registrar datos y someterlos también a un pequeño proceso estadístico de verificación. Nunca se sabe, tal vez pueda surgir una interesante investigación al respecto.

4. Registros conductuales-observacionales.

Cuando los progresos haces referencia a las mismas conductas del individuo, ya sea que se trate de disciplina, cumplimiento de cargas, apego a dietas, tiempos de reacción u otros, la sola contabilidad de cada una de estas conductas puede tomarse como evidencia e indicador del trabajo mental realizado. En otras ocasiones las variables mentales pueden ser operacionalizadas en conductas observable como en el siguiente ejemplo: Si bien no podemos ver el nivel de compromiso que el deportista tiene hacia su meta, pueden registrase conductas indicadoras de este nivel de compromiso como el nivel de asistencia a los entrenamientos, porcentaje de apego a la carga de trabajo, frecuencia con la que desobedece las instrucciones del entrenador, entre otros. De esta manera, la variable interna se delimita en conductas específicas que pueden registrarse y contarse.

5. Registros de productos o resultados.

Existen muchas otras actividades que el psicólogo realiza y que no pueden cuantificarse o graficarse de manera concreta, tales como ensayos de su técnica o análisis de contrarios. En este caso, resulta pertinente tomar evidencia fotográfica del producto realizado, ya que con el tiempo pueden compararse la calidad o precisión de estos mismos. Si bien el análisis será de tipo cualitativo, puede ser también práctico.

 

Estas opciones han sido mis herramientas más prácticas en el trabajo de campo. La forma de presentar los resultados es otro elemento que no debe descuidarse. Personalmente prefiero realizar gráficas, ya que de manera práctica y ágil me permite comunicarme con los entrenadores; tan solo con darle un vistazo a la imagen son capaces de asimilar el resultado de semanas de preparación mental y constatar su avances a lo largo del ciclo.

Espero este artículo sea de utilidad para su trabajo diario. Lo invito a compartir sus comentarios o dudas llenando el formulario.

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