Alto desempeño

Cómo Incrementar Tu Compromiso Deportivo Usando Contratos Conductuales.

Por: Mtra. Nury M. Suemy Moguel Núñez.

Comprometerse significa elegir, a través de la libre voluntad, una obligación y actuar de tal forma que pueda realizarse con éxito dicho objetivo. El compromiso es un elemento importante para alcanzar nuestras metas tanto en el deporte como en la vida y es un complemento vital para la motivación ya que, si bien la segunda nos provee de dirección y energía, la primera provee de control para mantenerse en el camino.

Mantenerse comprometido con nuestras metas y nuestros sueños no es tarea fácil ya que el agotamiento, las presiones externas al deporte, las distracciones y otras motivaciones pueden irnos alejando lenta y sutilmente de nuestras metas. Tome como ejemplo un día cotidiano de entrenamiento: tal vez usted se ha integrado con su equipo o con algunos amigos para entrenar pero ese mismo contexto social genera intercambios y charlas que son sumamente agradables provocando un retraso… sutil, pero acumulativo.

Cuando se trata de deportistas adultos resulta un poco más complicado trabajar la parte del compromiso deportivo por diversas razones:

  1. Presentan otras áreas con un fuerte peso en su vida. La mayoría de los deportistas adultos se encuentran enfrentando fases interpuestas de su vida: trabajo, familia o pareja y deporte, lo cual agrega complejidad y dificulta que su compromiso hacia el deporte pueda expresarse plenamente (dependiendo del orden de importancia que otorguen a cada una de las áreas de su vida). En el caso de los deportistas profesionales, para quienes el deporte constituye su modo de vida y sustento, la necesidad de expresar su compromiso con el deporte es aún mayor.
  2. Es difícil ejercer autoridad sobre un adulto. La mayoría de los clubes deportivos que tienen bajo contrato a jóvenes mayores de 20 años se encontrarán con la siguiente situación: sin importar que se trate de su jefe, seguramente expresarán abiertamente sus desacuerdos y tenderán a actuar bajo su propia conciencia y voluntad, muchas veces a pesar de que se les amenace o ya hayan sido sancionados. Es mucho más fácil ejercer autoridad sobre un niño, pues éstos asocian la edad o cargo con autoridad, sin hacer mayor distinción. Por el contrario, un adulto se genera un concepto de autoridad dependiendo de factores como el nivel de experiencia y la importancia personal que dé al otro sujeto.
  3. Poseen patrones de conducta o de pensamiento fuertemente arraigados. Los hábitos se refuerzan a medida que los practicamos, de éste modo, una persona adulta ha replicado un patrón de conducta y pensamiento por más veces en una mayor cantidad de años, dotándole de una fuerza de hábito mayor que hará difícil eliminarlo.

Por estos y otros motivos, para los directivos, entrenadores y para los mismos deportistas puede resultar complejo apegarse plenamente a los compromisos que han tomado con el deporte. En estos casos puede ser necesario agregar un poco de presión extra para alcanzar esas metas. Aunque es posible solicitar algo de ayuda externa, lo más recomendable es que aprendas a regularte por ti mismo estableciendo compromisos y consecuencias que puedas auto administrar.

Una de las mejores formas de ayudarte a regular tu nivel de compromiso consiste en expresar abiertamente aquellos propósitos que has decido abordar para con tu deporte este año. Hacerlo de manera verbal constituye una estrategia excelente pues, de esta forma, se adquiere también un compromiso social. Pero una forma aún más pertinente de hacerlo es utilizando un contrato conductual.

¿Qué es un contrato conductual?

El contrato conductual es un documento escrito en el cual dos o más partes (por ejemplo, el deportista y su entrenador) adquieren compromisos específicos para dar lugar a una situación problemática que se ha tratado de resolver con anterioridad pero sin tener éxito. No se trata de un contrato laboral, económico o legal, sino de una estrategia para formalizar un compromiso.

Los elementos esenciales que un contrato conductual debe especificar son:

  • Conductas a las que cada parte se compromete. Es muy importante tomar en cuenta que el contrato conductual se enfoca en conductas y no en resultados, por lo tanto debe hacer referencia a la forma en que el deportista habrá de comportarse en los entrenamientos (integrarse puntualmente a entrenar, completar todas las repeticiones por series, guardar silencio, etc.) o fuera de ellos (apegarse a las raciones de la dieta, hidratación, horas de descanso, etc.) para poder alcanzar las metas deseadas. En el caso de la otra parte (la institución, el entrenador o inclusive su psicólogo deportivo) las conductas deben contribuir a que la persona se apegue a sus compromisos, de manera que constituyan apoyos. Estos pueden incluir: dar retroalimentación constante, dar reforzamiento verbal, utilizar determinadas técnicas de apoyo, etc.
  • Beneficios o refuerzos que adquirirá al cumplir. Para ayudar a motivarse, pueden establecerse pequeñas recompensas que se obtendrán al cumplirse las conductas (por ejemplo, poder retirarse un poco antes si se completan las series o si se guarda silencio). Los refuerzos deben ser pequeños y representativos, nunca económicos (como dinero u objetivos) y deben ser negociados por ambas partes.
  • Consecuencias que se derivan del incumplimiento. Al igual que se pueden establecer pequeñas recompensas pueden establecerse pequeñas consecuencias o castigos ya sea de ganar responsabilidades extras (como tener que recoger el material deportivo al terminar) o perder privilegios ya ganados.
  • Plazos establecidos para cumplir con cada conducta. El contrato debe establecer un tiempo razonable para observar cierto avance en la conducta del sujeto, después del cual se podrán tomar otras medidas si no se observara cambio.

El contrato conductual es una herramienta práctica cuando se han intentado otras estrategias pero no se ha observado cambio alguno y la persona se encuentra en riesgo de un fracaso inminente o de verse severamente perjudicado por su conducta (por ejemplo, ser expulsado de una competencia por irreverencia hacia los árbitros).

Para más información sobre cómo elaborar un contrato conductual adecuado a sus necesidades, le recomiendo consultar con un psicólogo deportivo de su confianza.

 

 

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